Carta a Papá Noel

Querido Gasta Santa Claus:

Ante la proximidad de esta Navidad, te escribo mi humilde carta, como todos los años. Comprendo que debés estar muy ocupado ultimando los detalles de todos tus preparativos para estas fiestas, por lo tanto, entenderé -como siempre- el hecho de que no me respondas. Pero antes de hacerte mi especial pedido de este año, me urge manifestarte sentimientos acumulados que llevo conmigo y que nunca te los he confesado…Siento mucho decirte esto, mi querido Santa, pero la verdad es que me siento sumamente defraudada por parte tuya. Una incomprensión terrible se apodera de mi persona con sólo recordarte, y es que no llego a entender el por qué de algunas cosas. Tal vez tú tengas la respuesta a todos estos males que me aquejan y me alegres esta noche con el brillo de la respuesta. 

Quiero que sepas que me invade un fuerte resentimiento hacia ti, porque NUNCA me has traído el regalo que te pedí.

Una vez te pedí felicidad, y lo único que recibí fue un sobre con muchos billetes para gastar en cosas que no necesitaba. Te pedí libertad, y lo que conseguí fue esclavizarme cada vez más con mis pertenencias materiales. Te pedí conocer la verdad, y me aconsejaste agarrar el control remoto y aceptar a rajatabla todo lo que en la tele me decían. Te pedí paz, y lo único que logré fue que otras personas se pusieran mal porque a mí me trajiste cosas que ellos nunca van a poder tener en su vida. Te pedí éxito, y me mostraste una chequera y una tarjeta de plástico. Te pedí sinceridad, y me dijiste que el mercado es la entidad Todopoderosa poseedora de toda la verdad. Te pedí amor, y me enviaste regalos… ¡regalos!

¿Cómo se supone que debo estar?

Si lo único que te interesa realmente es que compremos. Si destrozaste por completo la integridad de los seres humanos, si todo el tiempo jugaste con la ilusión de aquellos niños educados bajo la doctrina del materialismo para satisfacer tus ansias consumistas y egocéntricas. Si nos alejás por completo del mundo real para integrarnos en la secta del neoliberalismo al que sólo le importa que poco a poco destruyamos nuestro planeta. Si creaste seres (ir)racionales que lo único que saben hacer es pedir más y quejarse, jamás conformarse con lo que tienen. Si implantaste la idea de que en esta sociedad ser es igual a tener, y limitaste el don maravilloso de la generosidad y la bondad a aquel individuo que tenga el dinero suficiente para poder darla. ¿Dónde quedó tu humanidad, Santa Claus?

Pensé que en verdad amabas a los niños, pero me dí cuenta que tu objetivo no es más que el de idiotizarnos y hacernos sumisos y esclavos al sistema que te hace engordar cada vez más con tus mentiras y falsas promesas.

Ya basta Gasta Claus, sacate la careta de una buena vez. Tu discurso no es más que un montón de falacias y falsedades, que lo único que hace es que buena parte de las personas que ya despertamos de tu quimérico cuento fantástico te veamos cómo un auténtico ridículo.

Hasta acá llegó tu verso. No pienso pedirte nada más, sólo tengo el deseo de que esta noche ni te aparezcas.

¿Podrás cumplir esta vez y hacerme el regalito de no volver nunca más?

Gentileza: Abel, el cerrajero

Anahí M. Llanes.